En el pueblo, pude pensar en esos días, y saber con certeza que la vida hay que vivirla al máximo, que tenemos que sacarle partido a cada segundo de nuestros días, que tenemos que hacer lo que nos apetezca, que hay que hacer esas llamadas que pasan los años y no haces por miedo, que no se nos puede quedar nada sin decir y sin hacer, que hay que decir cada día te quiero a las personas que nos rodean y sobre todo, que tenemos que ser felices y nunca perder la sonrisa.
Ya sabéis que lo que más me gusta hacer cuando llego al pueblo, es subir a mi rincón favorito, mi rincón en el mundo, la Bendita Magdalena. Ahí cojo todo el aire que puedo, lo expulso y me siento bien, en paz.
Y pasear mientras el sol nos dice "hasta mañana"...
Los primeros días de fiestas, van dedicados a la patrona, a Nuestra Señora de La Vega, a la cuál, sabéis que tengo total adoración y que pertenezco a su hermandad. Cada noche de Novena, la ofrenda floral, la misa mayor y su procesión, son momentos que los hermanos vivimos con devoción y con gran sentimiento por nuestra patrona.
La segunda parte de las fiestas se centra en los toros. Nuestro pueblo no puede pasar sin toros y es lo mejor de estos días y nosotros para ello, tenemos nuestro uniforme, Los Zapas, salen a las calles y lo inundan todo de color rojo.
También hemos disfrutado de maravillosos desayunos...
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Papartas hechas por mi abuela. |
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Churros hechos por mi abuelo. |
He paseado por rincones del pueblo a los que nunca había llegado...
Pero lo mejor de todo, ha sido poder disfrutar de unos días al lado de mi familia.