Sigo recorriendo España y encontrando sitios preciosos. En esta ocasión, no es un sitio escondido, es Valladolid, la tierra que vio nacer a uno de nuestros mejores poetas y dramaturgos, José Zorrilla.
Valladolid es bonito de día, pero por la noche es algo alucinante. Creo que se nota que me gustó y mucho. Este viaje además de ir acompañada como siempre de mi chico, íbamos con dos parejas de amigos y no nos lo hemos podido pasar mejor. Hemos reído hasta dolernos los carrillos, bebido vino y sobre todo nos hemos puesto "moraos" a comer. Probablemente hayamos venido con un par de kilos de más (yo por si acaso ni me he acercado a la báscula).
Nos hemos hospedado en el
Hotel Mozart,que además de estar muy bien, está en el centro de la ciudad y puedes llegar a todos lados andando.
Os voy a ir enseñando nuestro recorrido en fotos (algunos lugares no se que son, pero de noche estaba tan bonito...)
Plaza Mayor. De los lugares que más me han gustado de Valladolid, sobre todo porque me recordaba mucho a Madrid, una mezcla entre nuestra Puerta del Sol y Plaza Mayor todo en uno.
Esto nos lo encontramos paseando y esa bola del mundo se mueve.
Uno de los edificios que más me gustaron fue la Academia de Caballería.
Sala de las Francesas.
En la puerta del local Be Bop El Club del Gin Tonic.
La cúpula del Milenio.
El río Pisuerga refleja la belleza de Valladolid.
Al día siguiente amanecíamos así.
A desayunar a la Churrería El Castillo que estaba al lado del hotel.
Sin comentarios...
Iglesia de San Benito.
Mercado del Val.
Iglesia de San Pablo.
Iglesia de Santa María la Antigua.
Catedral Nuestra Señora de la Asunción.
Pasaje Gutiérrez.
Plaza Colón.
La Estación Gourmet. Recomendadísimo para comer.
Llegamos a las tapas. A lo típico de Valladolid. No puedo pasar este post sin recomendaros que paséis por
Los Zagales y os pidáis el Tigretostón, ganador del VI Concurso Nacional de Tapas y Pinchos 2010.
O su copa y puro.
Os aseguro que Los Zagales no os dejará indiferentes. Otro de los sitios emblemáticos de tapas es el bar Jero, en el que os recomiendo las mini hamburguesas, pero que hay muchas más tapas y muy buenas. Estos dos lugares están siempre llenos, así que os tenéis que armar de paciencia.
El domingo con la lluvia decidimos irnos de museo y nos fuimos al de ciencia.
Bonita experiencia en Valladolid que espero repetir pronto en otro rincón de España. ¡Hasta la próxima!