La
semana pasada os empezaba a enseñar el carrito de pañales y hoy veréis como lo terminé.
Para los pendientes compré una cajita, para que quedara más bonita la presentación y para que no se perdieran.
Quería comprar un peluche y este me encantó. Un delfín de mi color favorito y bien suave.
Las letras del nombre de la princesa para ponerlas en la puerta de su habitación. Su hermano también las tiene y ella no iba a ser menos.
Con papel pinocho morado, cubrí el fondo del carrito.
Y ahí pegué las letras. Van en el plástico para que no se perdiera el trozo de cinta de doble cara que venia en cada una de ellas.
La delfinita.
Y los pendientes.
Y otra vez a recolocar chupetes.
Y volver a preparar la parte de la capota que no me terminaba de convencer.
Para poder llevar el carrito sin que se nos cayeran las ruedas, puse de base un cartón bien grueso y duro. Lo forré con papel pinocho morado.
Añadí en la parte de arriba de la capota unas cintas de colores que colgaban como si fuera un móvil de juguete.
A mi chico se le ocurrió que podíamos sacar unas ruedas para pegarlas en las toallitas, así que, me imprimió cuatro y yo las pinté.
Las pegué a las toallitas.
Y voilà! No podían quedar mejor.
Y ahora quedaba envolver, que es lo más difícil porque al ser tan grande y pesar tanto, manejarlo resulta una ardua tarea.
Y aquí está el carrito de pañales de mi princesa. Ahora solo queda esperar a que ella llegue y que los papás puedan aprovechar todo lo de la cesta y su hermanito juegue con ella y el peluchín.
Hasta la próxima. Besos.