Mi pasado teatrero, ese que quedó truncado y nunca he podido ganar un Goya.
Estar encima del escenario es una sensación indescriptible, pero ponerse del otro lado, en la butaca, y disfrutar de una buena obra, a mi al menos, me hacer pensar muchas cosas y sentirlos muy cerca. Sin duda la mejor obra que vi en 2015 fue El Rinoceronte, que los que hayáis leído sobre mi pasado, sabéis por qué.
Ir a ver a Los Morancos, fue toda una sesión de risoterapia.
Y ya lo de ver una obra totalmente improvisada... eso si que fue una experiencia. Cuánta admiración hacia esos actores que lo dieron todo sin un guión aprendido.
Ahora os pongo el resto de obras a las que he ido este 2015, aunque tengo que reconoceros que hay de una que no os he hablado y ha sido porque no me gustó nada de nada, pero no voy a revelar cuál es, además, ya no está en cartel, pero os dejo las que si me gustaron.
Y hasta aquí el recopilatorio teatrero. Este 2016 espero poder ver tantas obras como el año pasado y contároslas por aquí (pero solo las buenas).
¡Hasta la próxima! Besos.