El miércoles pasado, con esa lluvia de barro y el cielo negro, no era día de hacer excursiones con los niños y tampoco de salir de la piscina, así que había que pensar un plan para hacer dentro de casa. Otros años hemos sido unos "cocinillas", pero este no y los niños me reclamaban entrar en la cocina a preparar algo y a ellos mismos se les ocurrió que podíamos hacer un helado de sandía, así que, dicho y hecho.
Partimos la sandía en trozos grandes, quitándole la corteza y los niños se entretuvieron quitando una a una las pipas (no había muchas).
Una vez quitadas las pipas yo me encargué de cortarlo en trozos más pequeños.
Batir hasta que desaparecieran los trozos y colar a un tupper para luego meter en el congelador. Si la sandía no está muy dulce, le añadiremos azúcar. En nuestro caso, no hizo falta.
Al día siguiente ya teníamos nuestro helado.
Mmmmmmm riquísimo. Fácil y sencillo.
¿Te animas a hacerlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario