Tenéis días libres por delante, ¿qué hacéis? ¿Qué
hicisteis este puente pasado? El mío tuvo su parte dulce y su parte agria.
Empecemos con este viaje…
El
viernes por la tarde, cogimos el coche y muy contentos (mi chico y yo), nos
dirigimos a un pueblo de Burgos a ver a unos amigos. Con muchas ganas de llegar
y verlos, nos encontramos con que ella está pachucha. No pasa nada. Un poco más
tarde llegó otra pareja de amigos. Allí estábamos los seis. Risas y más risas. Cenamos delicatesen,
menos ella, la pachucha. Risas y más risas. Hora de dormir y descansar. Nos levantamos, nuestra
amiga no se encuentra mejor. Nos anima a que el resto nos vayamos a ver Burgos
y ella se queda recuperándose (y mira si se recuperó). Nos fuimos los cinco
caminito de Burgos. Creo que hacía entre cero y tres grados. Nos fuimos con la
fresca. Gorros, guantes, bufandas… se notaba que no éramos de Burgos. Lo
primero que hicimos fue ir a ver el Castillo; que se encuentra en el cerro de
San Miguel y hay unas vistas preciosas.
Entramos
al castillo y estuvimos recorriendo sus cuevas y pasillos, viendo trampas y el
pozo. La visita no duró más de diez minutos.
Después
bajamos al mirador del castillo, en el que hay unas vistas inmejorables.
Y llegamos a la joya de la corona, la catedral.
Entramos
y vimos al famoso “Papamoscas”, una figura de un hombre asomado detrás de un
reloj que en las horas en punto abre la boca a la vez que mueve el brazo
derecho tocando la campana.
Fuimos
dando un paseo hasta llegar al Arco de Santa María
Cogimos
unas castañas asadas (he de decir, que si había 12 castañas, 11 nos salieron
malas)
Seguimos por el Paseo Espolón
Hasta
que llegamos a ver a El Cid
Y nos
fuimos hasta la cafetería El Bosque Encantado donde me sirvieron el Cola Cao
más bonito de toda mi vida.
Con el
cuerpo calentito, vuelta a casa. Nuestra amiga ya estaba recuperada, pero ahora era
yo la que no me encontraba bien y pasé momentos muy malos (pero yo sin decir
nada a nadie). Hora de dormir y descansar. Yo con el cuerpo revuelto y mi novio
se mete en la cama y empieza a tiritar como si estuviera poseído. A mitad de la
noche… malo él también. Por la mañana, nuestros amigos decidieron que esto era
una epidemia y que la casa y sobre todo nuestra habitación, era la zona cero
(todo esto hay que tomárselo con humor). A pesar de levantarnos revueltos y
nuestra amiga como una florecilla, decidimos que seguiríamos con los planes
previstos. Nos fuimos a Haro, a ver viñedos, a catar vinos… Los enfermos no
catamos vinos, ni comimos nada (yo un poco de sepia a la plancha). Mi chico
tenía un color de cara… decidimos irnos a casa y nuestros maravillosos amigos
no nos abandonaron y decidieron que se volvían con nosotros y cambiamos los
planes a una tarde de peli y manta. Compramos aquarius, jamón york, pavo y a
casa. Yo me empezaba a encontrar mejor, pero mi chico empezó a tener fiebre así
que, termómetro, paracetamol y a la cama. Yo pasé la noche en vela pendiente de
sus tiritonas, fiebres y medicinas.
Nos
levantamos, yo muerta de sueño y él mejor, con más fuerza que el día anterior.
Nos tuvimos que volver a Madrid antes de lo previsto por motivos peores a una
gripe.
A pesar
de todo, nos lo pasamos genial, siempre es un placer pasar unos días junto a
gente tan maravillosa, junto a grandes amigos. A los de Burgos, os digo que
volveremos, nos quedaron visitas pendientes. Y a los de Madrid que nos vemos
pronto.
¡Hasta
la próxima! Besos.
Madre mía que puente Burgos precioso!!!.tendre que ir a verlo..pero espero que os encontréis mejor parejita.un besazo enorme..se os quiere.
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