Este puente de la Hispanidad, del Pilar, hemos tenido visita. Los hemos recibido con muchas ganas y con los brazos bien abiertos. El primer día, para celebrar su llegada y el cumpleaños de mi madre que había sido el día anterior, les recibimos con unas buenas migas manchegas.
Y para que mi madre soplara las velas, una tarta que a mi padre le vuelve loco, hecha por una tía. La colocación de las velas fue un cachondeo.
El día transcurrió entre risas y cariño. Fue un día muy bonito. Por la noche tocaba planear qué haríamos al día siguiente. Esto fue lo que hicimos...
Amanecimos con cinco pajarillos picoteando en nuestra ventana.
Y nos fuimos a Patones de Arriba. De este pueblo ya os he hablado en otra ocasión porque ya habíamos ido y nos apetecía volver, así que fue la ocasión perfecta.
A la vuelta, paramos a cenar en MI casa. Ellos todavía no habían visto mi hogar y no queríamos retrasarlo más. Además, el creador de las Meninas que tengo colgadas en el salón, tenía que verlas por fin donde tenían que estar. Dimos un paseo por el barrio viendo el atardecer y cenamos en casa.
Y cenando, tocaba planear el día siguiente. Os lo cuento en el próximo post.
Buen fin de semana. Besos.
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