El mundo está lleno de sensaciones. Cada día, a cada minuto, podemos sentirlas. Las mejores evidentemente son las buenas, esas que te sacan una sonrisa sincera, esas que te hacen ver lo bonito de la vida. Este fin de semana he tenido muchas de esas.
El Sábado pude experimentar una de las sensaciones más bonitas, una experiencia maravillosa, pintar sobre la barriguita de embarazada de 35 semanas de una de mis mejores amigas. Cuando me contó la idea y que quería que fuera yo, la dije que estaba loca. Ella me dijo que lo iba a hacer mu bien y que iba a ser un momento muy bonito para compartir juntas, que confiaba en mi. Acepté. Me vendo muy barata la verdad jajajaja. Y esa bendita locura, nos llevó a pasar una tarde de confianza, de amistad, de relajación, menos para las nenas, que no paraban de moverse dentro de la tripa y yo me pegaba cada susto... les hablé y les dije las ganas que tenía de verlas, también que pararan un poco con las patadas y puñetazos que tenían a su madre hecha polvo y que había que darle mucha guerra a su padre cuando nacieran. Que las iba a cambiar pañales, a darles el biberón y lo que haga falta. ¡Qué bonita es la llegada al mundo de cositas tan pequeñas!
De nuevo nena, darte las gracias por pensar en mi, por confiar y por ese rato tan bonito que pasé junto a ti y que nunca olvidaré.
#elclubdelaslentejitas #amigasxsiempre
Y aquí os enseño a Lira que estuvo todo el proceso vigilando a sus dueñas.
Otra sensación de las buenas llegó el Domingo con la celebración del tercer cumpleaños de mi principito. ¿Qué os voy a decir que no sepáis? Que me va la vida con él, que me encanta que me diga que estoy loquita, que quiera que juegue a los coches y que duerma con él. Que me de besos, abrazos y me diga lo mucho que me quiere. Ayer 14 de Marzo hizo tres años. Tres años en los que solo tengo sonrisas para él, tres años de constante felicidad. ¿Puede haber algo más bonito? Está claro que un hijo es lo mejor que me va a pasar nunca, pero un sobrino es otra cosa. Un sobrino es para malcriarlo, para mimarlo, para tener un cómplice. Ojalá se quedara así de chiquitito, con esas ocurrencias que tiene, pero el tiempo pasa y hay que crecer y ahí estará su tía la loquita para cogerle con fuerzas si se cae y para darle todos los abrazos y besos del mundo. Gracias cuñados por este regalo y por todos los regalos que me hacéis dejándome disfrutar de él.
Cada año le hago una corona de príncipe y este año, como no podía ser de otra manera, se la he hecho y ha sido de su color favorito y de sus dibujos favoritos.
¡Hasta la próxima!
Mi niña precioso post de mi barriguita!! Yo sabía que lo ibas hacer genial!!. Y así fue.una experiencia inolvidable y única. De muchas risas y a mis pequeñas les encantó la idea Xq no paraban de moverse..mil gracias. Y al pequeñajo muchísimas felicidades!.
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